“¿Qué tortura?” Humor negro y actualidad norteamericana en la escena local
Dir. David Carrillo
El humor negro permite cuestionar aspectos serios que normalmente suscitarían lástima o miedo. A través de la risa, en el humor negro, podemos acceder a una dimensión diferente de lo humano y tocar temas polémicos, como el terrorismo, el racismo, o la política que son los que aborda la comedia de Christopher Durang dirigida por David Carrillo -quien también actúa en la puesta-; “¿Qué tortura?” con la que cierran la temporada 2012 y con la que conmemoran diez años de intensa actividad cultural.
Con una trama simple que luego va ramificándose en una serie de enredos y nuevas situaciones -que solo se solucionan cuando los personajes logran oírse entre sí- se dan pie al humor y se nos cuenta la historia de Felicity (Vania Accinelli) que una mañana amanece al lado de su esposo, un “escocés” llamado Zamir; quien le cuenta se han casado la noche anterior después de una fiesta. Ella al no recordar nada, intenta disolver el matrimonio, a lo que el esposo se opone por razones que luego, en el avance de las acciones, nos enteraremos. Intervienen también el Reverendo Mike (Óscar López), Luella (Daniela Sarfati) y Leonard (David Carrillo), padres de la joven; el segundo mantiene una doble vida relacionada con la política y el desmantelamiento de agrupaciones terroristas, junto con Hildegarde (Masha Chávarry) y “Lonney tunes” (Luis A. Urrutia). Se cuestionan así, mediante el humor y la exageración aspectos como la familia, el amor, la política, el extremismo terrorista y los prejuicios.
La obra está dividida en dos actos, y sus personajes son los “típicos” de una sociedad norteamericana. La caricaturización de estos nos permite, a través de la risa cuestionar esos aspectos de la sociedad mencionada. Un aspecto importante a destacar es, como siempre en los montajes de plan 9, la escenografía completamente funcional que han creado para esta puesta. Su estructura propicia la completa movilidad de los actores y la transformación del espacio una y otra vez. En lo referente al trabajo actoral, es necesario acotar en la dosificación de energía de los actores, pues en el segundo acto esta decae, restando intensidad y uniformidad a la puesta. Destacamos la labor de Plan 9, que apuesta por actores jóvenes, egresados de sus talleres de formación actoral para protagonizar este montaje; además de arriesgarse siempre, con obras que no solo generan la risa fácil, sino que apelan a la reflexión y al pensar la sociedad en el mundo en que vivimos.